Diario PERFIL - Suplemento "el observador"
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A pedido de Hugo Moyano, Kirchner ya desplazó al interventor de Canal 7.
Sin hacer ruido y bajo estricto secreto, el “pingüino” Ricardo Palacio dejó su cargo al frente del Sistema Nacional de Medios Públicos. La decisión fue tomada por el Presidente después de escuchar las quejas del jefe de la CGT, que cargó contra Palacio por la interna sindical desatada en la emisora oficial. La movida no termina de cerrarse por completo, ya que el Gobierno no definió el reemplazo porque Moyano dejó en claro que él debe aprobar al sucesor.
2007-09-02 04:48:52
Jesus Larrañaga
“Néstor, en Canal 7 hay un tipo tuyo que está molestando a gente mía.” Con la sutileza que lo caracteriza, el camionero Hugo Moyano no anduvo con vueltas para pedir por los suyos y eliminar los obstáculos que va encontrando en el camino hacia su reelección al frente de la CGT. Esta vez, la víctima fue Luis Ricardo Palacio, un “pingüino” de paladar negro, eyectado de la intervención del Sistema Nacional de Medios Públicos (SNMP) por decisión del presidente Néstor Kirchner. La noticia aún no se hizo pública, pero ha trascendido en medios sindicales que la difundieron como otro logro del jefe cegetista, según pudo saber PERFIL.
La decisión oficial llegó rápidamente a la gente del canal, pero aún no se hizo anuncio alguno –que quizá se demore hasta después de las elecciones del 28 de octubre– porque no se cerró la designación del sucesor. La idea en la Jefatura de Gabiente de Alberto Fernández, de quien depende el SNMP, es que esto ayude a la finalización de la tantas veces prorrogada intervención del Sistema y que se designe un directorio.
Precisamente, cuando se supieron los nombres en los que podrían recaer esas designaciones, una nueva vuelta de tuerca de Moyano detuvo el proceso de cambios que se había puesto en marcha. Es que uno de los candidatos, Sergio Fernández Novoa –actualmente en el Comfer–, está vinculado con la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Obviamente, desde el quinto piso de la CGT, su secretario general le bajó el pulgar e hizo conocer su disgusto. Este nuevo episodio demoró los anuncios y en el Gobierno buscan consensuar esas designaciones con el líder camionero.
Luz amarilla. Hace dos semanas Moyano fue alertado por dirigentes de la Confederación Sindical de Trabajadores de Medios de Comunicación Social (Cositmecos), sobre la “inoperancia de Palacio para detener las acciones persecutorias” contra los fieles del camionero en el C7, donde se desarrolla una disputa gremial silenciosa. También sumó argumentos el ex juez Daniel Llermanos, asesor legal del camionero y esposo de Rosario Lufrano, directora ejecutiva de C7 y quien no se sentía cómoda con el máximo responsable del SNMP.
Hace más de un mes, la periodista fue convocada por Moyano al edificio de la CGT y allí el cacique mayor de la central obrera hizo los primeros reclamos que tiempo después llegaron a la esfera presidencial. La funcionaria le aseguró al camionero que el que mandaba en el C7 era Palacio y que ella no era responsable sobre lo que sucedía allí con los representantes del moyanismo.
El jefe de la CGT llamó a Kirchner y lo puso al tanto de la situación. Días después, Moyano se sentó a conversar con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Fueron ellos los que le comunicaron que Palacio sería removido de su puesto, que asumió en enero de 2004. Y fue el propio Fernández el que le informó a Palacio la decisión presidencial, con el diplomático argumento de que Kirchner lo necesitaba para ocupar mayores responsabilidades en la estructura gubernamental. No hicieron falta más explicaciones.
Es que el ex hombre fuerte de la Televisión Pública es un pingüino “pura sangre”. Fue secretario en el gobierno de Santa Cruz en gran parte de la era Kirchner. Desde la oposición en la provincia del Presidente, recuerdan que Palacio llegaba a definir por teléfono los titulares de algunos diarios que fueron cooptados a través de la pauta publicitaria oficial.
Los exámenes de lealtad kirchnerista fueron aprobados puntualmente por Palacio en los años patagónicos y también ahora. Después de haber sido notificado de su “ascenso”, todavía sin destino, acató la decisión y trasladó la novedad a sus colaboradores en el SNMP. El personal jerárquico del C7 le organizó una comida de despedida, durante la que agradeció la colaboración en su paso por el canal estatal. También comunicó que el Presidente lo convocó para asumir nuevas y más importantes funciones, quizás en la administración de Cristina Fernández, si es electa para suceder a su esposo.
Ronda de reemplazantes. En la emisora de Figueroa Alcorta y Tagle trascendió que el periodista Eduardo Barcelona, actualmente en la agencia Télam, sería uno de los candidatos a la sucesión. También se mencionaron –y eso enojó a Moyano– los nombres del ex titular del Comfer en el gobierno de la Alianza, Gustavo López, y el de Fernández Novoa, actual coordinador general de ese organismo de radiodifusión.
La que está muy contenta con la próxima salida de Palacio es Lufrano, quien comentó a sus allegados que aspira a consolidarse en la estructura de los medios de comunicación en manos del Estado o bien intentar un salto a la política con una candidatura a diputada nacional. Su esposo, el ex juez Llermanos (asesor de Moyano), sería uno de los que la impulsa a lanzarse.
Palacio se va del SNMP con algunos logros en su haber, que él mismo no se cansa de puntualizar ante sus interlocutores. Dice que cuando llegó a Canal 7, en enero de 2004, faltaban los balances de años anteriores, el desorden administrativo era mayúsculo y el equipamiento técnico, obsoleto. “Fuimos trabajando pacientemente con toda la gente del canal para dar vuelta esa historia, y lo logramos”, expresó en su despedida. Mencionó que el C7 cuenta con flamantes unidades móviles, producto de un acuerdo publicitario con Peugeot, cámaras de moderna tecnología, y que en breve se instalarán las nuevas consolas de control en los seis estudios principales del canal y en los dos auxiliares.
De la herencia de anteriores administraciones quedaron “capas geológicas” de directivos. Fuentes de la emisora aseguran que son más de 200 los empleados jerárquicos del canal. Algunos de ellos, por ahora, son parte de la era Palacio, como Hugo Barcia, subgerente del canal, y el jefe de Personal, Pedro Peralta. Habrá que ver si ellos también serán “ascendidos”.
La decisión oficial llegó rápidamente a la gente del canal, pero aún no se hizo anuncio alguno –que quizá se demore hasta después de las elecciones del 28 de octubre– porque no se cerró la designación del sucesor. La idea en la Jefatura de Gabiente de Alberto Fernández, de quien depende el SNMP, es que esto ayude a la finalización de la tantas veces prorrogada intervención del Sistema y que se designe un directorio.
Precisamente, cuando se supieron los nombres en los que podrían recaer esas designaciones, una nueva vuelta de tuerca de Moyano detuvo el proceso de cambios que se había puesto en marcha. Es que uno de los candidatos, Sergio Fernández Novoa –actualmente en el Comfer–, está vinculado con la Central de Trabajadores Argentinos (CTA). Obviamente, desde el quinto piso de la CGT, su secretario general le bajó el pulgar e hizo conocer su disgusto. Este nuevo episodio demoró los anuncios y en el Gobierno buscan consensuar esas designaciones con el líder camionero.
Luz amarilla. Hace dos semanas Moyano fue alertado por dirigentes de la Confederación Sindical de Trabajadores de Medios de Comunicación Social (Cositmecos), sobre la “inoperancia de Palacio para detener las acciones persecutorias” contra los fieles del camionero en el C7, donde se desarrolla una disputa gremial silenciosa. También sumó argumentos el ex juez Daniel Llermanos, asesor legal del camionero y esposo de Rosario Lufrano, directora ejecutiva de C7 y quien no se sentía cómoda con el máximo responsable del SNMP.
Hace más de un mes, la periodista fue convocada por Moyano al edificio de la CGT y allí el cacique mayor de la central obrera hizo los primeros reclamos que tiempo después llegaron a la esfera presidencial. La funcionaria le aseguró al camionero que el que mandaba en el C7 era Palacio y que ella no era responsable sobre lo que sucedía allí con los representantes del moyanismo.
El jefe de la CGT llamó a Kirchner y lo puso al tanto de la situación. Días después, Moyano se sentó a conversar con el jefe de Gabinete, Alberto Fernández, y el ministro de Trabajo, Carlos Tomada. Fueron ellos los que le comunicaron que Palacio sería removido de su puesto, que asumió en enero de 2004. Y fue el propio Fernández el que le informó a Palacio la decisión presidencial, con el diplomático argumento de que Kirchner lo necesitaba para ocupar mayores responsabilidades en la estructura gubernamental. No hicieron falta más explicaciones.
Es que el ex hombre fuerte de la Televisión Pública es un pingüino “pura sangre”. Fue secretario en el gobierno de Santa Cruz en gran parte de la era Kirchner. Desde la oposición en la provincia del Presidente, recuerdan que Palacio llegaba a definir por teléfono los titulares de algunos diarios que fueron cooptados a través de la pauta publicitaria oficial.
Los exámenes de lealtad kirchnerista fueron aprobados puntualmente por Palacio en los años patagónicos y también ahora. Después de haber sido notificado de su “ascenso”, todavía sin destino, acató la decisión y trasladó la novedad a sus colaboradores en el SNMP. El personal jerárquico del C7 le organizó una comida de despedida, durante la que agradeció la colaboración en su paso por el canal estatal. También comunicó que el Presidente lo convocó para asumir nuevas y más importantes funciones, quizás en la administración de Cristina Fernández, si es electa para suceder a su esposo.
Ronda de reemplazantes. En la emisora de Figueroa Alcorta y Tagle trascendió que el periodista Eduardo Barcelona, actualmente en la agencia Télam, sería uno de los candidatos a la sucesión. También se mencionaron –y eso enojó a Moyano– los nombres del ex titular del Comfer en el gobierno de la Alianza, Gustavo López, y el de Fernández Novoa, actual coordinador general de ese organismo de radiodifusión.
La que está muy contenta con la próxima salida de Palacio es Lufrano, quien comentó a sus allegados que aspira a consolidarse en la estructura de los medios de comunicación en manos del Estado o bien intentar un salto a la política con una candidatura a diputada nacional. Su esposo, el ex juez Llermanos (asesor de Moyano), sería uno de los que la impulsa a lanzarse.
Palacio se va del SNMP con algunos logros en su haber, que él mismo no se cansa de puntualizar ante sus interlocutores. Dice que cuando llegó a Canal 7, en enero de 2004, faltaban los balances de años anteriores, el desorden administrativo era mayúsculo y el equipamiento técnico, obsoleto. “Fuimos trabajando pacientemente con toda la gente del canal para dar vuelta esa historia, y lo logramos”, expresó en su despedida. Mencionó que el C7 cuenta con flamantes unidades móviles, producto de un acuerdo publicitario con Peugeot, cámaras de moderna tecnología, y que en breve se instalarán las nuevas consolas de control en los seis estudios principales del canal y en los dos auxiliares.
De la herencia de anteriores administraciones quedaron “capas geológicas” de directivos. Fuentes de la emisora aseguran que son más de 200 los empleados jerárquicos del canal. Algunos de ellos, por ahora, son parte de la era Palacio, como Hugo Barcia, subgerente del canal, y el jefe de Personal, Pedro Peralta. Habrá que ver si ellos también serán “ascendidos”.
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